Una educación basada en el respeto que se exige (¿y por el que se califica?) pero que no se practica no puede ser una “educación buena”. Luego el primer propósito de la educación debe ser el respeto, el respeto a todas las cualidades, necesidades, capacidades, emociones de cada una de las personas a las que educamos. Respeto basado en el diálogo, no en el sarcasmo, no en la sátira, ni en la ironía y mucho menos en la descalificación o el insulto. Si este primer requisito no se cumple... ¿de verdad podemos seguir hablando de educación? ¿y piensan ustedes que se cumple actualmente en los Centros Educativos?
Propósito... propósito de acabar para siempre con la escuela del silencio. Propósito de promover la escuela de la comunicación, una comunicación REAL en un ambiente de aprendizaje colaborativo, compartido, coordinado. Una escuela participativa en la que todos y todas tengan la oportunidad de aportar su trocito de vida sin miedo a ser excluido/a.
La escuela del todos/as por igual. Es la educación que tenemos. ¿Es la educación que queremos? ¿Es la educación que nos merecemos? ¿Tenemos que seguir participando en ese estresante mundo educativo cuya única finalidad es tener cumplimentados libros de texto para los periodos vacacionales? ¿Por qué no paramos en seco y reflexionamos sobre lo que cada una de las personas con las que compartimos unas horas al día en el Centro Educativo puede aportar al resto de la clase, a sí misma, a nosotros/as, a la sociedad? La verdadera educación es la que consigue sacar lo mejor de cada persona. Diferentes pero iguales... más claro:
:)
Suele ser habitual decir también que como propósito la educación tiene que insertar al alumnado en nuestra sociedad, que sea capaz de establecer las relaciones necesarias para convivir en la misma, por eso en los Centros Educativos se potencia la competición y el trabajo individualista. Así es como mejor se prepara al alumnado para convivir y realizar el trabajo en equipo y colaborativo que deberá desarrollar al terminar su paso por el sistema educativo. Y hablando de sociedad ¿Veremos en este siglo una escuela abierta a las familias, a la sociedad, y una sociedad y unas familias que por fin entran en la escuela? ¿De verdad hacemos algo para que eso suceda?
¿Educación invisible, educación informal, educación formal o no formal, educación dentro de la escuela, fuera de la escuela, aprendizaje dentro de la escuela, fuera de la escuela, formal, informal? 07/04/2011 Y todavía existe lucha de adjetivos en la educación, en el aprendizaje. ¿Cuál aporta más? ¿No va siendo hora ya de tener claro que en la escuela actual y fuera de ella, el alumnado debe trabajar feliz, ser activo, prosumidor, consciente de sus emociones y sentimientos (¡y de los sentimientos de los demás!), con confianza y seguridad en sí mismo/a, contar con habilidades sociales básicas e imprescindibles y las competencias necesarias para seguir aprendiendo a lo largo de toda la vida? Y como dice la gran @nololamento que no se queden en palabras, que sean hechos YA. Si la teoría la sabemos... ¿A qué esperamos?
Y por último por ahora, y para nada menos importante, sino al contrario, ¿Felicidad en la escuela? Al inicio de la campaña de twitter de #purposedES @tecnoloxia cuestionaba si en realidad esa era una finalidad o un propósito de la educación. Termino con mi última respuesta.
Por Diego gg
¿Y tú? ¿Qué opinas?
Estupendo Diego, dos palabras respeto y felicidad. Respeto por las familias, incluso por nosotros mismos, somos capaces de hacer cosas fantásticas y no necesitamos estar encorsetados por cualquier tipo de libro y sobretodo respeto por nuestro alumnado, no les podemos fallar, esa felicidad que tienen de serie no la podemos borrar, la tenemos que cuidar y enseñarles lo importante que es cuidarla y hacerla crecer con ellos.
ResponderEliminarEl proposito de la educación... que sean capaces de vivir felices.
Gracias Diego, sencillez, profundidad y sinceridad.
ResponderEliminarYo fui muy feliz en la escuela a pesar de la cantidad de años que tengo. Transmitir y practicar el respeto es abrir puertas a la tolerancia, cosa que muchos no tienen en cuenta. ¡Y estamos hablando de menores!
ResponderEliminarSabias, concisas y directas tus exposiciones. Felicidades, Diego.
Gracias por compartirnos tus ideas tan claras y frescas. Algo tan sencillo no debería costarnos tanto trabajo, pero Gracias a Profesores como tu, sabemos que es posible.
ResponderEliminarGracias ;)
ResponderEliminarHay muchas cosas muy básicas que todavía tenemos que mejorar y que no tienen nada o casi nada que ver con las tIC.
Teneis razón: la mejora manera de empezar una jornada es leyendo cada definición.
ResponderEliminarMe ha encantado. ¡Cuánta razón! Hace veinte años que me dedico a la docencia y aún me sorprendre como colegas se burlan de sus alumnos porque cometen errores. ¿Se han planteado cuántos errores cometen en su jornada laboral? ¿Cómo pretenden que los alumnos progresen si no erran?
Para mí, el respeto es que cada día al salir del aula haya aprendido alguno de mis alumnos. La relación educativa es dar y recibir por ambas partes: otra de las columnas del cooperativismo.
Fíjate si hay que aclarar aspectos básicos que se está debatiendo sobre el propósito de la educación. Que digo yo que es algo que maestros, profesores y TODA la sociedad debería tener claro. Sin saber dónde queremos ir es muy difícil saber cómo queremos ir... Este debate debería llegar hasta las "altas esferas" y hacerles pensar que algo habrá que cambiar.
ResponderEliminarEso sí, has aclarado un poco el camino :)
Buen post para debatir, que de eso se trata, no de estar todos de acuerdo, sino de que con nuestras diferencias, necesarias, construyamos una educación válida y buena para todos. No me acaba de convencer la idea de ligar de una forma tan apasionada la educación con la felicidad. No creo que mi propósito como docente deba ser la felicidad de mis alumnos, la vida es larga, dura, sacrificio, alegrías, !tantas cosas! Lo sí que creo es que yo puedo utilizar mi pespectiva de ADULTO, y mi formación como docente,para que cuenten con herramientas que les permitan CONSTRUIR ellos mismos su felicidad, basada en el respeto por ellos mismos, y por los demás, basada en la satisfacción de verse capaz de hacer aquello que se propone, por que le hemos ayudado en el camino, por que les decimos lo importante que es conocerse así mismos, a intuir sus limitaciones y luchar por mitigarlas, por contrarestarlas con sus "virtudes" , que siempre las hay. El fundamento de la educación debe ser dar la caña, no el pescado. No sé a qué felicidad se refieren en las intervenciones, mi hijo es muy feliz jugando a todas horas con su "Mintendo", y aprende, pero...no puede ser esto.
ResponderEliminarSimple y concisa la explicación, así deberiamos plantearnos todas nuestras acciones.
ResponderEliminarSimplemente me gustaría aportar que hay otras muchas razones que se deben poner en juego en la educación, pero no cabe duda que la del respeto debe ser el pilar o base que sustente a todas las demás.
Gracias por tus reflexiones.
Jaume el tratamiento del error siempre ha sido catastrofista en el sistema educativo. El miedo y pánico al error transmitido en su máxima expresión. Cuando es uno de los momentos que mejor se puede aprovechar para el aprendizaje...
ResponderEliminarVíctor pues va siendo hora de ponerse y aclarar muchas cosas. Esperemos que aunque el debate no llegara a las altas esferas no sirva para mejorar desde la base del sistema educativo.
Manuela la felicidad no tiene porqué estar reñida con el trabajo o con el sacrificio o con ¡tantas cosas! De todas formas me reafirmo, quizá sea suficiente con no acabar con la que traen a la escuela. ;)
Ayer le decía esto a @dmelop y hoy te lo digo a tí también.
ResponderEliminarUna vez más se me ponen los dientes largos leyendo aportaciones como la tuya o las anteriores, hasta ahora ninguna tiene desperdicio.
Ayer me convocaron a una reunión en el Instituto de mis hijos. El tema era el desinterés que tienen los alumnos de 1º de Bachiller, donde está mi hijo. Como única propuesta nos dijeron que teníamos que ponerles las pilas en casa que ellos poco menos que tiran la toalla. Se me ocurrió decir que a lo mejor lo que hacía falta era motivación y propuse un cambio metodológico y una mesa de trabajo profesores-alumnos-padres.
Espero que se lo piensen y se animen a cambiar ¡no saben lo que se están perdiendo! pero no sólo ellos también nuestros hijos que cada día están más hartos de asistir a clases magistrales, de verse las cabezas unos a otros durante seis horas y además la mayor parte de ellas sin poder abrir la boca.
Tu post me parece igual de profundo y emotivo que los anteriores ¡Ojalá esto no quede en agua de borrajas!
Un saludo
Diego, me va al pelo el día de hoy esta reflexión. Qué duro es presenciar ciertos abusos de poder, las desigualdades en el concepto de respeto, y tantas otras cosas que hacen de nuestros chicos adultos sin sonrisa.
ResponderEliminarQue la escuela no está para eso!! Un abrazo.
Hola a todos y todas, y en especial a Diego, que este es su espacio ;)
ResponderEliminarEl post lo comparto plenamente, y por ello me gustaria fijarme en dos aspectos que considero fundamentales... la escuela del silencio y la felicidad en la escuela.
Estoy plenamente de acuerdo en que no podemos seguir entendiendo ni pretendiendo que nuestro alumnado viene a la escuela a aprender y para aprender, lo mejor es callar o escuchar. Entender al alumnado como un mero recipiente considero que es un gran error, porque no considero que ninguno de nosotros y nosotras seamos auténticos oradores y maestros de la palabra como para que nos merezcamos ese honor, a parte de que no creo que realmente aprendamos así, al menos, yo no lo he podido hacer nunca.
Creo que es importante pensar como entendemos nosotros el proceso de aprendizaje de cada alumno y cada alumna, y es que si fueramos capaces de entender que este proceso es algo VITAL para cada uno, quizás pudieramos entenderlo como un camino, un camino que debe andar cada uno, decidir por si mismo, como, cuando y hacia donde debe andar, a pesar de que nosotros podamos guiarlo o acompañarlo, pero por desgracia nos empeñamos en decidir en todo momento, cuando, como y hacia donde debe caminar, y además nos empeñamos en que todos deben hacerlo en los mismos tiempos, y si no tiene capacidades para caminar a nuestro ritmo, es mejor que se quede atrás y no moleste al grupo. Los maestros y las maestras somos incapaces de comprender que el alumnado debe ser el protagonista de ese camino, no nosotros, debe ser el propio alumnado el que aprenda de cada paso que da, el que aprenda y disfrute de ese aprendizaje. No comparto una escuela que se deje cegar por la meta a la que debe llegar nuestro alumnado sin importarnos lo que pasa durante el camino y además sin saber valorar su esfuerzo.
El esfuerzo... SI NO SE ESFUERZAN!!! Y lo decimos muy muy alto. Se nos debería caer la cara de vergüenza cada vez que lo decimos. No es esfuerzo hacer todo lo contrario a lo que su cuerpo le pide? ¿No es esfuerzo permanecer sentado durante horas cuando su cuerpo en pleno desarrollo le pide moverse, interactuar, experimentar...? ¿No esfuerzo leer, leer bien, y disfrutar leyendo libros que no nos gustan y además en espacios realmente incómodos? ¿No es esfuerzo controlar su creatividad y su imaginación porque los maestros y las maestras no entienden lo que quiere hacer y no le dejan? ¿No es esfuerzo hacer todo lo que hacen porque ADMIRAN a su maestro/a a pesar de que nosotros/as nos empeñamos en decir que no es suficiente?
Creo que ya vale de tener esta postura. Y aquí lo enlazo con la felicidad. Quizás no sea facil decidir o definir lo que es la felicidad para cada uno, y no pretendo que en la escuela busquemos el significado y tratemos de potenciarla, porque realmente, todavía no se como se podría hacer, pero si se como puedo destruirla en unos sencillos pasos, y esos pasos, son los que estamos dando en nuestras escuelas, cuando nos empeñamos una y otra vez en decirle:
- TU NO VALES! TU NO VALES! TU NO VALES!!!
(continua)
Y es que aunque no nos lo creamos, lo decimos constantemente, aunque no sea con palabras, somos capaces de impedir su desarrollo y crecimiento como se merece toda persona de este planeta. Y es que podemos plantearnos simplemente, lo que necesitamos nosotros y nosotras para ser felices, y quizás, a partir de ahi podriamos tratar de ser empáticos con nuestro alumnado y tratar de respetarlo como se merece. Les pedimos respeto, pero nosotros somos incapaces de respetarlos, alegando que sabemos lo que necesitan en cada momento y además justficándonos diciendo que es por su bien y que queremos lo mejor para ellos/as. Podemos cambiar nuestra forma de hacer las cosas, y quizás debamos plantearnos lo que esperamos de cada uno de nosotros y nosotras, miremos cual ha sido nuestro proceso de vida y quizás asi podamos entender un poco mejor a nuestro alumnado. Podemos cambiar la educación, pero eso pasa por un proceso de autoreflexión en el que seamos capaces de ver todo aquello que estamos haciendo mal y debemos cambiar.
ResponderEliminarEspero no haber sido muy agresivo y que nadie se sienta molesto. Si no me he explicado, lo siento, me lo decis y vuelvo a tratarme de explicar :)
Un abrazo enorme y gracias por vuestras palabras
Diego... plas, plas, plas!
ResponderEliminar:-)))
Estoy completamente de acuerdo con Olmos. Gracias por todo
ResponderEliminarJaime si nosotros no marcamos ni decidimos nada. El ritmo y lo que aprenden lo marcan las editoriales.
ResponderEliminarLo del esfuerzo se contesta con más esfuerzo.. ¿Y el profesorado también se esfuerza?
Yo creo que has sido muy claro, no agresivo, realista.
Gracias ;)
Vicente, Carmen, Isabel gracias también por vuestro comentario. Esperemos que tengan en cuenta tu propuesta Carmen e Isabel que cambiemos de una vez ciertas actitudes de abuso de poder que, a pesar de pasar cierto tiempo, sigo teniendo muy presentes.
Fernando, el propósito de la educación es... visita el Walabonso y lo descubrirás. ;)
Me encantó, Diego. Tienes que escribir más... :-)
ResponderEliminarUn abrazo.
Agradezco tus palabras. Ya me gustaría Juanma, pero el tiempo no da para más (ni yo tampoco xD!) :))
ResponderEliminarUn año de estos...
Felicidades por el post Diego. Opino como Manuela, que la escuela no debe ser la garante de la felicidad del niño. Pero me ha gustado mucho lo de que igual vale con que no destroce la que tienen de serie. Me lo guardo para mi post!
ResponderEliminarUn abrazo.
Enhorabuena Diego. Totalmente de acuerdo.Me parece que tienes dotes para esto, debes prodigarte más. Un abrazo
ResponderEliminarEl respeto por una misma, por uno mismo, es el principio de todo. Te quieres, quieres, caes en la cuenta de qué derechos tenemos, tienen, qué responsabilidades... y andando, andando, vas haciendo, aprendiendo, rectificando, sonriendo, pidiéndoles disculpas si una día no estás muy fina, nadie es perfecto, dicen, tranquila... Y caes en la cuenta de más cosas: es más fácil hacerlo bien que hacerlo mal.
ResponderEliminarYo no entiendo bien porqué ese empeño en sufrir. La felicidad tampoco es algo que yo entienda que tenga que ser algo así, como suena, prefiero un estado de serenidad, curiosidad, sosiego, datos, trabajo, conversación, búsqueda, montaje, exposición, vuelta a sonreír, conflictos, resolución, discusión, no me grites nene, que no soy tu madre, respeto otra vez, al final siempre es lo mismo... respeto, amor por la propia vida y lo que haces (debe ser espantoso trabajar en esto odiando lo que haces), lo demás va fluyendo, tropiezos incluidos.
Y hablando de respeto, Diego: Cuando dices "gran nololamento", ¿me estás llamando gorda? :PPP
Gracias Juanjo.
ResponderEliminarJuan Carlos, esperando post del día 10 ;)
Lola, la verdad es que no sé si pensaba en la 1ª o 2ª acepción de "gran" :PPPP :D
¿Te parece poca felicidad ese estado de serenidad que describes?
Vivir un una clase en la que trabaja alguien que odia esta profesión... pues da lugar al empeño en sufrir que comentas.
Gracias por tu comentario.
Comparto totalmente tus ideas Diego, me ha gustado mucho como has organizado tus ideas, lo dices todo y muy claro, me quedo con esta frase..." Si la teoría la sabemos... ¿A qué esperamos?"" Creo que con personas como Tú ya hemos comenzado el camino, un abrazo!
ResponderEliminarDiego todo un placer leerte, que bueno pasear por los sueños de la gente y ver que crece y se multiplica una nueva escuela, que solo con soñarla ya se hace más cercana.
ResponderEliminarCreo que este camino ya lo hemos empezado mucha gente. La prueba más evidente son todos estos comentarios. Ahora sólo falta que nos creamos que lo estamos recorriendo. Ánimo que seguro que podemos!
ResponderEliminarMiguel, Carmen, Mercè gracias por vuestras palabras. ;)
ResponderEliminarEsperemos que estos sueños sean pronto realidad como dice Carmen.
Hola Diego, me encanta tu post. Respeto y felicidad una buena combinación. Útimamente esoy más convencida de que únicamente merece la pena aprender a ser felices y como dicen algunos expertos en el tema (Rojas Marcos, Punset, entre otros) parece que en parte depende de la actitud con la que nos enfrentamos a la vida...intentemos pues educar a las personas para que aprendan a ser felices respetando la identidad individual.
ResponderEliminarY a mí me encanta tu comentario Marga ;)
ResponderEliminarA ver si podemos ver esa combinación hecha realidad.